
Foto de Ahmed Bibi en Unsplash
- Resaltan la participación de mujeres y los pueblos indígenas
7 de enero, 2020
Por: Karen Janett Carranza J.
Ante la intransigencia y falta de acuerdos de las naciones para negociar durante la pasada COP 25 celebrada en España, los nuevos liderazgos juveniles como el de Greta Thunberg de Suecia, Jamie Margolin de Colombia/Estados Unidos, Jorge Martínez y Raúl Asis Monforte de México, entre muchos otros, se hicieron presentes ante la Cumbre de Cambio Climático y destacaron que los jóvenes luchan por salvar cada rincón del planeta.
Al referirse a los jóvenes activistas, Antonio Guterrés, Secretario General de la ONU expresó: “Mi generación no ha respondido de forma adecuada al desafío dramático del cambio climático. Esto lo sienten profundamente los jóvenes. Con razón están enfadados”.
Más allá de hablar sobre las acciones que se deben implementar para combatir el cambio climático, los representantes juveniles mundiales demostraron que ya realizan acciones contundentes de cambios de hábitos diariamente, salen a las calles para hacer escuchar sus voces, se informan y piensan de una manera distinta, luchando por salvar cada uno de los lugares de los que provienen conjuntamente; estos jóvenes activistas gozaron de un lugar más notorio dentro del foro principal en la realización de la COP que en cualquier otra que se haya realizado previamente.
Recientemente, Greta Thunberg publicó a través de su cuenta de Twitter: “He escuchado a muchos decir ‘2019 ha sido el año en el que la gente se despertó ante la crisis climática’. Esto es una idea equivocada. Un pequeño, pero creciente número de personas están conscientes respecto a la crisis climática. Esto únicamente es el comienzo. Todavía nos encontramos rascando la superficie”.
<blockquote class=»twitter-tweet»><p lang=»en» dir=»ltr»>I hear many say “2019 was the year when the public woke up to the climate crisis”.<br>This is a misconception.<br>A small but rapidly growing number of people have started to wake up to the climate crisis.<br>This has only just begun. We’re still only scratching the surface.</p>— Greta Thunberg (@GretaThunberg) <a href=»https://twitter.com/GretaThunberg/status/1209068125880299520?ref_src=twsrc%5Etfw»>December 23, 2019</a></blockquote> https://platform.twitter.com/widgets.js
Durante la COP 25, los líderes políticos del mundo -196 de ellos para ser precisos- siguieron preponderando sobre los intereses económicos y no supieron destacar la prioridad de garantizar la implementación de medidas drásticas para enfrentar una problemática que de continuar desarrollándose a la velocidad que lo hace, deja en entera vulnerabilidad la supervivencia de la mayor parte de vida humana y no humana del planeta.
Clara prueba de ello fue que en el documento final de resoluciones o acuerdos se omitió precisar sobre el tema de los mercados de carbono que realizan transacciones entre los países más contaminantes y quienes menos lo hacen, el financiamiento para la adaptación al cambio climático y la asistencia a los países en desarrollo que sufren más por esta problemática, pese a que sus emisiones de carbono son muy bajas.
Durante una de sus intervenciones en la cumbre, Jamie Margolin, activista climática y cofundadora de Zero Hour declaró: “No queremos esa carga sobre nuestros hombros. No paro de recibir mensajes. ‘Los jóvenes salvarán el mundo’. Y esto es una responsabilidad muy injusta para una chica de 17 años que solo está intentado organizar su vida. Es tan injusto poner esta carga sobre los niños que no han causado este problema y que no tienen el poder del voto, o la potencia económica, el poder de recursos que tienen los adultos en el poder”.
Cabe señalar que a 4 años de haberse comprometido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) mediante el Acuerdo de París, prácticamente ningún país ha podido cumplir con sus compromisos o metas climáticas. La COP 25 –o COP Azul como se le denominó por prestar atención primordial al papel que juegan los océanos en la regulación de las temperaturas del mundo– inició con un fuerte impacto de cruda realidad cuando la ONU dio a conocer su informe anual sobre la disparidad de emisiones, en el que se reveló que las acciones de combate al cambio climático realizadas hasta el momento han sido insuficientes, puesto que las emisiones de GEI, han aumentado y la prospectiva del incremento en la temperatura media del planeta se elevaría a 3.2ºC durante este siglo, cifra por demás superior a los 1.5ºC que en distintas ocasiones los científicos han señalado son cruciales para mantener un cierto nivel de estabilidad en los ecosistemas que sostienen la vida humana en el planeta.
La Conferencia de las Partes edición 25 (COP 25) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre cambio climático (UNFCCC por sus siglas en inglés) realizada en Madrid, España, pero coordinada y presidida por Chile, fue una de las que mayores expectativas generó en torno a los acuerdos internacionales para la acción climática que se pudiesen acordar entre las naciones o Partes que en el 2015 se sumaron al Acuerdo de París, y que compromete a los países que lo integran a reducir las GEI, mediante acciones de reforestación, combate a la deforestación y la transición energética de combustibles fósiles a fuentes renovables, entre otras.
Entre conflictos sociales en Chile, acciones como la de Estados Unidos que comenzó el procedimiento formal para retirarse del Acuerdo que suplió al Protocolo de Kyoto y que junto a países como China, India y Rusia generan la mayor contaminación climática en el mundo y otros como Brasil que niegan la existencia del cambio climático, las negociaciones para realizar acciones contundentes para limitar el calentamiento global e intentar frenar el derretimiento de glaciares que podrían consumir islas y comunidades costeras enteras que costarán miles de millones de vidas humanas, fallaron en alcanzar acuerdos que garanticen la adaptación y mitigación al fenómeno del cambio climático.
Los esfuerzos para presionar que en esta cumbre se lograran resultados positivos para la implementación de acción climática contundente, se realizaron en más de un evento paralelo a la Cumbre oficial, resaltando particularmente el de la Cumbre Social por el Clima, que reunió a líderes de la sociedad civil, incluyendo a representantes destacados de pueblos indígenas y jóvenes durante la semana de cierre de negociaciones de la COP.
Mediante protestas permanentes, esta cumbre paralela abordó temas como la comercialización de reducciones de carbono -que ha resultado ser una medida controversial debido a la contabilización doble por parte de quien vende y quien cobra-; derechos humanos en la lucha climática; el rechazo a la aún vigente explotación de hidrocarburos -promovida todavía en muchas naciones entre las que se incluyen Estados Unidos y México, aún bajo las advertencias científicas del daño que provocan a la salud humana y climática-; y las contribuciones de los pueblos indígenas para la custodia y protección de los pulmones del mundo a través de sus conocimientos ancestrales.