
Foto por Kalen Emsley en Unsplash
- Se enfoca en regiones en desarrollo y economías en transición
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Washington, D.C. 11 de diciembre, 2018
Por: Karen Janett Carranza Jiménez/LatInformation
Desde el año 2003, la Organización de las Naciones Unidas estableció el 11 de diciembre como el día específico para celebrar a las montañas alrededor del mundo, siendo el ecosistema que ocupa aproximadamente el 22 por ciento de todo el territorio mundial. Este año, en el marco de la COP24, se presentó un resumen de hallazgos que se enfoca en la adaptación al cambio climático en las regiones montañosas más importantes del mundo, poniendo especial atención en las zonas en desarrollo y economías en transición. Esto, pone en el foco de atención a un ecosistema que por mucho, todavía sigue siendo incomprendido, y al que debemos la capacidad de contar con agua potable, la cosecha de café y otros cultivos de los que dependemos para alimentarnos, así como la frecuencia de las lluvias que recibimos –además de ser hogar de alrededor del 15 por ciento de la población mundial.
Si bien en los últimos años los movimientos socio-ambientales se han enfocado en resaltar la importancia de rescatar ecosistemas como son los mares y arrecifes de coral, puesto que éstos últimos protegen a las costas cuando existen huracanes y proveen del 17 por ciento de las proteínas que se ingieren a nivel mundial, las montañas proveen de otros servicios ambientales de igual relevancia: de inicio son las responsables de filtrar el agua a los mantos acuíferos y dotarla de minerales que después hagan posible que ésta pueda ser disponible para consumo humano.
De acuerdo con una publicación de la FAO, las regiones montañosas, pueden proveer hasta el 60 por ciento del agua de las cuencas en zonas húmedas, y más del 90 por ciento en las zonas semiáridas. Sin embargo, los índices de deforestación a los que estos ecosistemas se enfrentan cotidianamente para cambiar su vocación y convertirlos en zonas de cultivo o agrícolas, crear bosques de monocultivos maderables, así como en desarrollo de zonas que sirvan para el establecimiento humano -que concentran mundialmente una población que oscila en mil millones de habitantes-, contribuyen a acelerar el cambio climático y la pérdida acelerada de biodiversidad. En suma, las montañas del mundo se enfrentan a una crisis de sobre-explotación y degradación que necesita atención urgente, la cual ya está plasmada en las metas 2030 de desarrollo sostenible de la ONU.
Para comprender mejor la importancia de las zonas montañosas, es primordial identificar que proveen de insumos como madera, espacios idóneos para cultivo de café, árboles frutales, purifican el aire, retienen nutrientes en la tierra y son grandes secuestradoras de carbono –debido a la masa forestal que albergan. Además, los glaciares de las montañas hacen posible la formación de masas nubosas que permiten las lluvias o nevadas y proveen del agua necesaria para los cultivos en tierras bajas.
Otro papel fundamental que juegan las montañas, es el de la mitigación de impactos de fenómenos meteorológicos como los huracanes, pues los árboles que crecen en ellas permiten que los vientos reduzcan su velocidad, y por ende protejan los claros o valles cercanos. También albergan especies de aves que anualmente migran de norte a sur y viceversa, las cuales son responsables por la subsistencia de ecosistemas que se extienden a lo largo de los continentes. De igual forma proveen una amplia biodiversidad tanto de flora como de fauna que son vitales para la subsistencia humana.
Las montañas y sus bosques, en años recientes han sido relegados al olvido, dejando a un lado el papel vital que juegan en la supervivencia del planeta. Mantener estos ecosistemas sanos, es necesario también para que los océanos mantengan sus niveles y se prevenga el derretimiento de los polos, lo que permitirá la sobrevivencia de cualquier tipo de vida en los sistemas costeros e islas del planeta. Los sistemas montañosos, deben tener mayor atención por parte de los actores públicos y privados para efectos de mitigación y adaptación y cambio climático, puesto que desde distintos ángulos, pueden contribuir en gran medida a la reducción de temperaturas globales.