Por: Karen Janett Carranza J.
WASHINGTON, D.C. 27 de abril de 2017. Al acercarse los 100 primeros días de Gobierno de la Administración del Presidente Trump, la gente sigue organizándose para hacer patente la preocupación por los temas que han pasado a segundo plano durante este nuevo periodo. El próximo 29 de abril, se llevará a cabo a lo largo del país una Marcha por el Clima, Empleos y Justicia, que hará énfasis en los espacios que se han visto relegados, como lo son el cuidado y protección de la salud y el ambiente. En estos dos ámbitos, el desempeño que se ha observado es aterrador. La negación o falta de reconocimiento de problemáticas como el cambio climático, hacen que la Administración encamine sus políticas de producción y desarrollo desde un enfoque retrógrada.
El promover tecnologías que fomenten la obtención de energía a través de carbón, es un ataque directo al Plan de Energía Limpia, que es la única acción relevante que el Gobierno ha tomado en torno al cambio climático. Asimismo, la Ley de Aire Limpio se encuentra en una posición de vulnerabilidad. El desatender el enfoque que estos dos instrumentos representan, incita a que la contaminación del aire se incremente en los sitios urbanos, lo que representaría poner en peligro la salud de más de 9 millones de personas que viven en ellos o cerca de ellos.
Si la Ley de Aire limpio es modificada o anulada, muchos de los aliados contaminadores con que cuenta esta administración caminarán libremente y sin preocupaciones en cuanto al desastre ambiental que dejan detrás.
La Orden Ejecutiva que se ha girado en torno a desmantelar el Plan de Energía Limpia, pone en riesgo la salud de las familias norteamericanas a través de la contaminación que seguirá e incrementará sus niveles y se producirá a partir de elementos como mercurio, arsénico, carbón, metano, benceno y otras toxinas. Esta revocación podría representa 3 mil 600 muertes prematuras, 90 mil ataques de asma y 300 mil días perdidos en trabajos y escuelas anualmente para el año 2030. Los ataques al corazón, también irán en aumento. Para los norteamericanos será todavía más cara y complicada la posibilidad de acceder a un plan de salud que los proteja ante estas enfermedades.
El recorte del 31 % en el presupuesto de la Agencia de Protección Ambiental, representada por Scott Pruitt, eliminará de la nómina a 25% de sus empleados, lo que pondrá en riesgo la capacidad de esta institución para monitorear y asegurar que el agua mantenga sus estándares de limpieza. Las consecuencias de consumir agua contaminada son varias, los cultivos así como la flora y fauna silvestres tanto como las domésticas contraerán enfermedades. Los alimentos contaminados que diariamente lleguen a la mesa de cada una de las personas que habitan los Estados Unidos, afectarán gravemente la salud.
Las comunidades de bajos ingresos y las de color serán de las más afectadas por los impactos asociados al cambio climático y la contaminación. El 68% de la población de Africanos-Americanos habitan alrededor de un perímetro de 30 millas de plantas contaminantes pro quema de carbón. 40% de los niños latinos son más propensos a morir de asma en contraste con los no latinos.
El Movimiento Climático Popular, pugna por que la Administración y el Congreso presten atención a los problemas de salud y cambio climático antes que darle paso al desarrollo de más empresas contaminantes.
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